domingo, 31 de mayo de 2020

¿Por qué la gente no logra lo que se propone?

Uno de los principales problemas que tenemos para lograr lo que queremos es que no sabemos definir con claridad lo que queremos: "quiero tener dinero", "quiero ser feliz", "quiero viajar por el mundo", "quiero una casa", "quiero alguien que me ame y a quien yo también ame". Todas estas son metas muy buenas, muy nobles, muy sanas, pero -lamentablemente- son metas mal planteadas.
¿Qué significa tener dinero o ser feliz? Ciertamente podríamos decir "tener mucho dinero" o "ser más feliz" y aún así seguimos sin plantearnos correctamente una meta. ¿Qué tanto es "mucho" o "más"? ¿Cómo se mide la felicidad? Estas metas son como cuando decimos: "tengo ganas de salir a comer" pero no especificamos a dónde y terminamos en un lugar que no nos gusta o esa salida no era lo que esperábamos, ¡porque ni siquiera sabíamos qué era lo que esperábamos! Tener una vida consciente implica aprender a plantearnos metas claras, mesurables, asequibles, realistas: "quiero tener cien mil pesos al finalizar este año", esta es una meta más clara y, de acuerdo a tu condición actual, debes evaluar si es factible alcanzarla o no. Para algunos no será posible, para otros será fácil. En los cursos que doy acostumbro dedicar bastante tiempo a que la gente aprenda a plantearse metas concretas, realistas, mesurables, alcanzables y con un tiempo determinado (SMART). Una vez que tienes una meta concreta es hora de diseñar un plan para alcanzarla que puede incluir dividir la meta en objetivos (niveles o estados) intermedios y diseñar las acciones que nos llevarán a pasar de nuestro estado actual a cada uno de esos estados intermedios. Cuando aprendes correctamente este método no hay meta que no puedas alcanzar. Por eso (entre otras razones) en artes marciales tenemos un sistema de grados. Cada grado puede ser visto como un paso intermedio a lograr antes de alcanzar el siguiente. No corremos directamente hacia la meta, sino que tenemos momentos intermedios que nos permiten ir midiendo nuestro avance, nuestro crecimiento, nuestras fallas y lo que nos falta por lograr. El grado en sí mismo no es un objetivo, el grado es la indicación de que lograste alcanzar uno o más objetivos determinados: lograste superar un miedo, lograste aprender una técnica, lograste desarrollar cierta habilidad que no tenías, lograste entender el significado del aikido, etc. Por eso, no debes preocuparte por los grados en sí mismos, sino por aquellas cosas que son necesarias de aprender para lograr el grado. En Shosenjuku, por ejemplo, tenemos muy claro qué debe mostrar cada grado en su examen (supongo que todas las asociaciones también). Cada examen está diseñado no para que muestres que te sabes ciertas técnicas, sino que esas técnicas expresen tu grado de conocimiento de ciertos principios, desde la posición de los pies hasta la comprensión profunda de conceptos como sincronía, mirar al mismo lado, utilizar la fuerza del atacante, etc. Si te concentras en lograr esos objetivos, el examen es será muy agradable y el grado obtenido será un símbolo de aquellas metas obtenidas. Si quieres obtener un grado -o cualquier otra cosa en tu vida- necesitas metas claras, un plan de acción y mucha motivación. Las dos primeras te las puedo enseñar yo, la última depende totalmente de ti.

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