domingo, 15 de mayo de 2011

La Hakama - Segunda parte

Como mencionábamos ya, la hakama es parte del uniforme tradicional y representativo del Aikido. Sin embargo, no hay acuerdo universal sobre cuándo se debe o se puede empezar a utilizarla. En el sitio oficial de Aikikai leemos «Hakama are worn by men from shodan and women from 3rd kyu. This is the custom at Hombu Dojo. However, if you wish, you can wear a hakama from the time you register» (la hakama es usada por hombres a partir de shodan y por mujeres a partir del 3er kyu. Esa es la costumbre en Hombu Dojo. Sin embargo, si usted lo desea, puede utilizar la hakama desde el momento de su registro) (http://www.aikikai.or.jp/eng/index.htm, traducción propia).



Kisshomaru Ueshiba en su libro El espíritu del Aikido simplemente menciona que «entre las muchas semejanzas del aikido con el arte del sable hay algunas fundamentales: la postura de pie, la distancia o espacio entre dos personas, la actitud de la mirada y el movimiento de los pies, así como las técnicas derivadas, las cuales son llamativamente análogas, si no idénticas. Mientras el traje de judo se lleva suelto para la lucha cuerpo a cuerpo, en el aikido y en el arte del sable la vestidura correcta es la hakama, la falda larga del traje ceremonial japonés, que favorece el movimiento libre de dos personas, una enfrente de la otra. (El kendo también utiliza la hakama, pero junto con un variado equipo protector. En aikido, normalmente, los principiantes no llevan la hakama)» (p. 63).


En algunos grupos podemos leer lo siguiente: «Hakama: Falda pantalón de algodón de color negro. Generalmente es usado solo por los cinturones negros pero pueden usarlos los alumnos a partir del 2º Kyu, ya que el uso de esta prenda significa que se ha adoptado el compromiso de la práctica del Aikido» (http://www.aikidosegovia.com/20.html)


En grupos como Shosenjuku, del estilo Nishio, se permite el su uso desde el tercer Kyu.


Esto nos lleva a reflexionar algunos puntos importantes:




  1. La hakama debe ser «ganada» en el aikido. Forma parte del uniforme, cierto, pero a diferencia del gi, los principiantes no la utilizan, está restringida para grados más altos, lo que le da un valor simbólico a su uso. Sin embargo, ese valor simbólico puede malinterpretarse y la hakama se vuelve un símbolo de poder y estatus. Quien la usa en este sentido suele portarla para ostentar con ello su superioridad ante los demás practicantes de menor grado (kohai). Algo similar a lo que sucede con las cintas de colores, que algunas escuelas de aikido han adoptado. En ese sentido, hay un pro y un contra del uso de la hakama, es, por un lado, un honor llevarla pues ha costado trabajo ganarla, pero puede ser un símbolo de poder mal entendido. Es por ello que, a mi parecer, su uso no debe estar restringido a las cintas negras (yudansha), otorgarla antes le resta cierto poder simbólico.
  2. La razón principal por la cual los novatos no utilizan hakama es porque el instructor debe estar pendiente de los movimientos de los pies. En ese sentido, sí es importante conservar la restricción de uso.
  3. Sin embargo, también es importante hacer notar, como nos comenta Shifflett (2009) y como hemos podido experimentar la mayoría de los que la utilizamos ya cotidianamente en nuestra práctica, que la hakama nos ayuda a mejorar algunos aspectos de la práctica: mejora la posición, ayuda a concentrar la atención en determinados movimientos, da una sensación de estabilidad, etc., sin olvidar el elemento psicológico que lo hace a uno sentirse un verdadero practicante de aikido. La koshita, la parte trasera de la hakama, nos ayuda a mantener la postura correcta, el amarre en la cintura que incluye el obi (la cinta) y las tiras de la hakama nos da mayor estabilidad en la cintura y un enfoque más claro en esta parte del cuerpo, el seika tanden (véase también Santos, 2002). Además, junto con el uso del pantalón debajo de ella (que no se utiliza en Kendo y otras artes), ayuda a reducir la fricción de las rodillas al practicar suwariwasa.


Colocando la hakama

No existe una única y correcta forma de colocarse la hakama. Diversos estilos de artes marciales, así como de escuelas dentro de las mismas tienen variaciones en su uso, dependiendo de varios factores.


En Aikido, por ejemplo, se evita hacer un nudo en la parte posterior para evitar que este pueda lastimarnos durante un ukemi; en Iaido y Kendo, dado que no hay proyecciones ni caídas, no es necesario hacer el nudo al frente y se hace en la espalda (auqnue autores como Lowry, 2006, se oponen a esta explicación). Sea cual sea la razón, el modo de atar la hakama dependerá de la escuela en la que nos formemos.


Lowry (2006) hace notar que, a pesar de que los practicantes de aikido hacemos este nudo, debemos aprender a amarrar correctamente la hakama por detrás, por el simple hecho de que esta es la manera tradicional de hacerlo, pues la hakama se utiliza normalmente con un obi que es mucho más grueso que el que normalmente utilizamos para practicar (kakuobi) y cuyo nudo se coloca en la parte posterior.


Lo importante en la colocación de la hakama es lo siguiente:


  1. Iniciar colocando la parte de adelante, cruzando las cintas por la espalda y luego haciendo un nudo por delante y regresando las cintas hacia atrás.
  2. La parte trasera se coloca y las cintas se pasan por debajo del obi y las cintas delanteras, para darle mayor estabilidad al amarre.
  3. Se remata con un nudo en la parte delantera.
  4. Preferentemente se dobla un poco de la parte superior de la hakama sobre el obi, hacia adentro del cuerpo para elevar la hakama y evitar con ello tropezarnos.
La hakama remata con un nudo al frente el cual tiene al menos dos formas distintas de anudarse. Una de ellas es con un moño simple. La otra, que es más elegante, consiste en hacer un pequeño moño con una de las cintas y con la otra darle vueltas en el centro del mismo para generar un nudo más pequeño. Esta última forma, según nos comenta Lowry (2006) es más formal y para su uso en el dojo resulta ser demasiado, incluso pretensioso.







Doblando la hakama

Para doblar la hakama se procede de la siguiente manera:


  1. Se toma la hakama con las manos (parte delantera) y con la barbilla, parte trasera, y miramos hacia adentro para ver que los pliegues centrales se acomoden.
  2. Después, colocamos la hakama hacia abajo en el piso y arreglamos los dos pliegues traseros.
  3. Volteamos la hakama hacia arriba, cuidando no desarreglar los pliegues traseros. Esto se logra sosteniendo fuertemente la parte superior de la hakama y la parte baja en donde los pliegues se unen.
  4. Una vez colocada en el suelo, se acomodan los cinco pliegues frontales. Es muy importante verificar que tanto los pliegues internos como las costuras externas estén bien colocadas, si no, empezaremos a marcar líneas a la hakama que no van.
  5. Luego se doblan hacia adentro los extremos exteriores de la hakama, alineándolos con los pliegues.
  6. Después, se dobla la hakama en tres o cuatro partes.
  7. Las cintas más largas se doblan en cuatro partes y se colocan cruzadas sobre la hakama.
  8. Las más pequeñas se cruzan primero sobre la cinta larga opuesta y salen hacia arriba.
  9. Después, se cruzan sobre aquella de su mismo lado y salen en diagonal. Por último, se meten las cintas en los cruces de tela, en la misma dirección que la cinta larga.






Bibliografía

Shifflett, C. M. (2009). Aikido Exercises for Teaching and Training. Blue Snake Books.
Litchen, John (2005). Aikido: Basic And Intermediate Studies. Trafford Publishing.
Lowry, Dave (2006). In the dojo: the rituals and etiquette of the Japanese martial arts. Shambhala Publications.
Santos Nalda, José (2002). Artes marciales: el aikido. Editorial Paidotribo. Barcelona.


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Las opiniones expresadas en este blog son personales y no reflejan necesariamente la postura oficial de ninguna escuela de Aikido.

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