lunes, 16 de enero de 2017

La mentalidad marcial

En la entrada anterior hablé de los problemas que enfrenta el aikido frente a otras artes marciales que hacen parecer al aikido ineficiente. En mi exposición de razones hablé de la mentalidad marcial. ¿A qué me refiero con esto?
La mentalidad marcial podemos definirla simple y sencillamente como la forma de pensar del guerrero, la forma en que ve al mundo y ve las cosas.
Ahora, esto no es tan sencillo. En realidad, tal como nos lo ha explicado la
filosofía contemporánea (por ejemplo, la hermenéutica) nosotros no vivimos en un mundo totalmente objetivo; mucho de lo que «vemos», por muy evidente que sea, en realidad está filtrado por una perspectiva. Como diría Ben Kenobi en Star Wars II, «muchas de las verdades de este universo dependen de cierto punto de vista». Así, por ejemplo, el comerciante ve la realidad de una manera especial: ve productos de consumo, necesidades de las personas, satisfactores posibles, márgenes de ganancia, etc. Los abogados ven contratos, convenios, acuerdos, delitos, etc. Los médicos ven funciones orgánicas, riesgos, enfermedades, etc. Incluso cuando vemos el mismo objeto, lo comprendemos de formas distintas: una manzana es mercancía para uno y es alimento para otro.

Esto no quiere decir que toda la realidad sea subjetiva (aunque algunos filósofos así lo creen). Lo que quiere decir es que aprendemos a enfocarnos en ciertas propiedades de las cosas en relación a nosotros y que esta visión está permeada por experiencias previas, aprendizajes, contexto históricos y demás.
La mentalidad marcial es un tipo de enfoque específico que permite ver en la realidad ciertas cosas que los demás no ven. Por poner un ejemplo muy burdo, muchas personas al ver un arma de fuego inmediatamente sienten miedo y/o repulsión. Por ello, en una situación de estrés, como un asalto, son rápidamente sometidos. En cambio, un militar bien entrenado no reacciona igual. Sin lugar a dudas reconoce el peligro, pero está acostumbrado a lidiar con armas y es poco probable que sea víctima del pánico.
La mentalidad marcial es siempre producto del entrenamiento. Incluye cosas como perder el miedo a ser golpeado (mas no a ignorar el peligro potencial de un golpe), la actitud no rendirse, los reflejos, etc. Sin embargo, me interesa una característica esencial de la mentalidad marcial que, además, es la que se ha explotado en otros ámbitos como el empresarial, que es la capacidad estratégica.
La capacidad estratégica en la mentalidad marcial es la capacidad de buscar oportunidades frente a un oponente y, de no encontrarlas, construirlas. En el boxeo es muy clara esta mentalidad. No basta con saber pegar, lo importante es saber combinar golpes y otros movimientos. Por ejemplo, golpear varias veces hacia la cabeza para que la persona suba las manos y entonces entrar por la parte media del cuerpo que ha quedado descubierta. En esgrima, por ejemplo, inicias un ataque hacia el centro del cuerpo para que cuando la persona vaya a parar puedas cambiar la punta y entrar por la parte externa.
De igual manera, no sólo implica pensar en el ataque, sino en la defensa. En la esgrima, por ejemplo, uno aprende a no parar el primer ataque, pues sabemos que casi siempre se trata de una distracción, hay que esperar hasta el último movimiento para intentar la defensa.
La mentalidad marcial ayuda, entonces, a una persona a estar alerta, a buscar soluciones rápidas, a identificar una oportunidad y aprovecharla o a crear una oportunidad cuando no la hay. Por eso, decía antes, existen muchos manuales de estrategia para empresarios e, incluso, muchos empresarios, emprendedores u otros profesionales (como los abogados) practican artes marciales, para desarrollar esta mentalidad y aprovecharla en sus vidas profesionales o, incluso personales.
Virtudes como la asertividad, la capacidad de tomar decisiones rápidas y estratégicas, la voluntad de no rendirse, la capacidad de soportar la presión y no ceder ante agresiones, todo esto compone la mentalidad marcial. Quienes practican artes marciales como el karate, el box, la esgrima, etc., lo reconocerán. Incluso podrán notar que quien no desarrolla esta mentalidad en su disciplina, difícilmente logra sobresalir.
El aikido, lamentablemente, en su estado actual, no desarrolla mucho esta mentalidad, pues su desarrollo depende básicamente de dos elementos: el sparring y la competencia, que no se practican en aikido. El aikidoka, por ejemplo, no aprende a generar oportunidades porque su entrenamiento está controlado y siempre sabe lo que el atacante va a hacer antes de que lo haga. Por lo mismo, no aprende reaccionar a una situación desconocida y a tomar decisiones rápidas. Por último, no aprende a manejar situaciones de alto estrés porque las situaciones controladas nunca son de alto estrés.
Yo debo confesar que mi mentalidad marcial se desarrolló durante mi práctica en esgrima y que hace algunos años empecé a entrenar MMA con la finalidad, justamente, de llenar ese vacío que el aikido estaba dejando en mí, a pesar de que practico un estilo donde la marcialidad es sumamente importante.
En aikido, algunos maestros como sensei Nishio propuso una vuelta a la marcialidad del aikido y en algunos dojos practicamos, hasta donde es posible, en situaciones menos controladas para ir desarrollando poco a poco la mentalidad marcial.
Sin mentalidad marcial no hay budo (camino del guerrero) y sin budo no hay arte marcial. De ahí que sin desarrollo de mentalidad marcial en el aikido, sus críticos tendrán la razón y no se verá en el aikido un arte marcial.

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