lunes, 9 de enero de 2017

Sobre la eficacia o ineficacia marcial del aikido

Muchas cosas se han dicho sobre si el aikido es o no eficiente como técnica de defensa personal en una situación real. Hay muchos videos que han circulado en las redes sociales en las que se ve a practicantes de aikido ser apaleados por practicantes de otras artes marciales, dejando en «ridículo» la técnica del aikido.
En realidad hay mucho que decir sobre este tema y dedicaré esta entrada y las siguientes a aportar mis consideraciones al respecto, en esta entrada presentaré las ideas generales y más adelante iré profundizando en cada una de ellas. 

  1. Comparar dos técnicas siempre es difícil. Partamos de un hecho empírico innegable: incluso al interior de una misma técnica o deporte hay ganadores y perdedores. Esto queda claro en el box, donde podemos ver a dos profesionales altamente entrenados enfrentarse y donde, en ocasiones, podemos notar la superioridad de uno de ellos sobre el otro, no hablaríamos aquí de que el box es mejor que el box, sino de que el boxeador tal es mejor que el otro boxeador. De ahí que las comparaciones son un tanto inapropiadas cuando se generalizan. Lo más propio sería decir, en el caso por ejemplo de los videos mencionados, que el artista marcial tal fue superior que el aikidoka tal. Ciertamente, si cada vez que hay un enfrentamiento el aikidoka pierde, podríamos empezar a ver un patrón significativo el cual, sin embargo, se explica por lo siguiente. 
  2. Una de las deficiencias reales y fuertes del aikido es el tiempo de preparación. Es verdad lo que vemos en los videos, los peleadores vencen al aikidoka. Pero hay que entender que normalmente un practicante de aikido muy dedicado entrena, cuando mucho, unas 10 hrs. a la semana; muchos en realidad no pasan de 3 hrs. semanales. El caso de los uchi denshi (estudiantes de tiempo completo) es muy escaso. En su lugar un peleador profesional entrena mínimo 5 horas diarias (30 a la semana). Esta variable es muy importante, porque en realidad mostraría que el aikidoka (como persona) tiene cuantitativamente menos preparación que el peleador, no es, entonces, una diferencia entre artes en general, sino casos concretos claramente explicables. 
  3. Aunado a lo anterior, un peleador profesional practica sparring, es decir, «simulaciones» de peleas. La prohibición de la competencia en el aikido ha derivado (a mi parecer, erróneamente) en evitar este tipo de entrenamientos. Lo que deriva en una carencia de formación en los aikidokas, nuevamente como personas concretas y no como arte en general. Los practicantes de aikido se acostumbran a trabajar en situaciones altamente controladas y no desarrollan la mentalidad marcial o estratégica. 
  4. También, un peleador profesional pelea constantemente. Conozco lugares donde a los dos meses ya están subiendo al practicante al ring (o jaula o tatami o el equivalente). Si bien esto podría ser juzgado como erróneo desde el punto de vista técnico, ayuda al practicante a enfrentarse a una situación de alto estrés, a una situación más «real». La prohibición del aikido, nuevamente, ha derivado en que los practicantes nunca enfrenten este tipo de situaciones y por ello no saben cómo reaccionar. 
  5. El aikido ha desarrollado versiones más complejas y vistosas de muchas de sus técnicas, al igual que han hecho otras artes marciales. Muchos dojos de aikido están más concentrados en estas técnicas vistosas, en la estética del movimiento, que en la eficiencia técnica. 
  6. En otros casos (y esto no necesariamente es un defecto) el aikido ha desarrollado una vía más espiritual y filosófica, centrada especialmente en la no-violencia. En este caso, es claro que al practicante de aikido ni siquiera le interesa que su arte llegue a servir en una pelea. El aikido se asemeja aquí al yoga, el taichí o la meditación. 
  7. Por último, esta «ineficiencia» del aikido se vuelve viral. Es decir, un estudiante de aikido aprende el arte con un profesor que carece de formación marcial. Después, él se vuelve maestro y mantiene esta carencia de formación y la pasa a sus estudiantes, quienes a su vez la pasarán a los suyos. Hemos llegado a un momento en la historia del aikido en que son más los practicantes con carencias en su formación marcial que aquellos que la tienen. 

Si analizamos las razones anteriores, podemos argumentar que es difícil decir que el aikido, como tal, no es eficiente. Lo que sí podemos concluir es que los aikidokas, como personas, tienen carencias de formación debido a las pocas horas de entrenamiento, la prohibición de la competencia (o una mala interpretación de este principio) y la falta de formación marcial. 
Si tengo razón en ello, las carencias que vemos en los aikidokas (no en el aikido) son revertibles en unas pocas generaciones (antes de que el mal sea más grave). Habría que implementar centros de alto rendimiento en aikido (donde se puedan practicar 4 o 5 horas diarias), repensar la regla de «no competir» (no eliminarla, sino pensar realmente qué significa) y complementar la práctica del aikido con una formación marcial. 
Shihan Shoji Nishio 
Nishio Shoji ya había señalado algunos de estos problemas con el aikido (especialmente el del punto 5). Por eso, su estilo de aikido se centra mucho en el cuidado de la marcialidad del mismo. Sin embargo, él tenía formación en karate y judo, pero muchos practicantes de este estilo no la tienen; ni en estas ni en otras artes marciales. Entonces, aunque el maestro nos haya dado consejos y principios para hacer más marcial el aikido, si no enfrentamos peleas «reales» no desarrollaremos nunca la mentalidad marcial, que será el tópico de mi siguiente entrada.

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